Esta tarde, viernes, a partir de las 20:30 horas, y si el tiempo lo permite, salida desde el Santo Cristo hasta la ermita de Fátima saldrá la Virgen de Fátima con el rezo del Rosario por la Paz.

A continuación dejamos la carta del Obispo de Jaén, Sebastián Chico Martínez.

CARTA DEL OBISPO: «AL FINAL MI INMACULADO CORAZÓN TRIUNFARÁ»

Queridos fieles diocesanos, hombres y mujeres de paz, en este tiempo de tribulación, cuando miramos con estupor y con consternación el dolor de los ucranianos; cuando las imágenes de desolación, de muerte, de familias obligadas a dejar sus hogares, de niños que atraviesan solos las fronteras huyendo de la guerra… llenan nuestra alma de penar, de incertidumbre, de desconsuelo… Quiero que las palabras que pronunció María a los tres pastorcillos de Fátima resuenen en nuestro corazón como un himno de esperanza y juntos confiemos en la promesa de la Santísima Virgen a aquellos niños portugueses: “Al final, mi Corazón Inmaculado triunfará”.

El mensaje de la Virgen María cobra, un siglo después, la misma vigencia que tuvo entonces y ante la crisis humanitaria y la guerra que se cierne sobre Ucrania, como cristianos debemos confiar en el poder de la oración y en las promesas de la Madre de Dios para con sus hijos: “Rezad el Rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra”.

El próximo 25 de marzo, día en el que celebramos la Encarnación del Hijo de Dios en el vientre inmaculado de María, Jornada por la Vida, os pido que nos unamos como Diócesis que camina unida, al acto de consagración de Rusia y Ucrania al Inmaculado corazón de María que presidirá el Papa Francisco en el Vaticano. Y lo hagamos desde la oración, rezando juntos el Santo Rosario. En Jaén capital, lo haremos con una plegaria que dará comienzo a las 20:30 horas, en la parroquia de Cristo Rey de Jaén y que concluirá en la Catedral, uniéndonos, así, a las intenciones de oración del Santo Padre. Una celebración que se repetirá en todas las parroquias de la Diócesis con los horarios que se establezcan desde las distintas comunidades parroquiales.

Al finalizar el piadoso rezo del Rosario, darán comienzo las 24 horas para el Señor, que este año se celebrarán bajo el lema: “En Él, tenemos el perdón” (Col 1, 13-14). Una iniciativa de oración y reflexión, promovida por el Papa Francisco, a través del Consejo Pontificio para la Nueva Evangelización, y que nos invita, cada Cuaresma, a adorar al Santísimo y a acercarnos al sacramento de la reconciliación.

Junto con esta iniciativa por la paz, sumamos otras para que, de manera económica y espiritual, podamos colaborar con los hermanos de Ucrania. De este modo, las colectas de todas las Eucaristías del próximo 3 de abril irán destinadas, de manera íntegra, a Cáritas Ucrania. Asimismo, se enviará a todas las comunidades parroquiales unos materiales específicos para que, tanto en la Hora Santa del Jueves Santo se rece por la paz, como también en las distintas celebraciones eucarísticas se incluyan, en las preces, una oración por el fin de la guerra y la paz en Ucrania y en el mundo.

En este tiempo de incertidumbre, de dolor, de guerra… os invito a que, con la mejor arma con la que contamos los cristianos, la oración, pidamos juntos por el fin de la guerra, la reconciliación de los pueblos y la paz. Hagámoslo con las palabras que San Juan Pablo II pronunció el 25 de marzo de 1984 en la Plaza de San Pedro, confiando todos los pueblos al Corazón Inmaculado de María:

“Y por eso, oh Madre de los hombres y de los pueblos, Tú que conoces todos sus sufrimientos y esperanzas, Tú que sientes maternalmente todas las luchas entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas, que sacuden hoy al mundo, acoge nuestro grito que, movidos por el Espíritu Santo, dirigimos directamente a Tu Corazón: abraza con el amor de la Madre y Sierva del Señor, este nuestro mundo humano, que te confiamos y consagramos, llenos de inquietud por el destino terrenal y eterno de los hombres y de los pueblos. De manera especial, te encomendamos y consagramos a aquellos hombres y naciones que tienen especial necesidad de esta encomienda y consagración”.

✍+Sebastián Chico Martínez
Obispo de Jaén

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